
Se acerca el nuevo año, digamos: ¡Salud!, por el 2009, que nos deja tantas cosas en las alforjas de nuestro corazón, tantos tropiezos de enseñanzas en el alma, que acabaron por convertirse en elementos tan útiles para madurar, para crecer, para progresar y para decir:
¡Gracias a Dios porque nací y porque me has protegido desde mi nacimiento, hasta el día de hoy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario