sábado, 31 de octubre de 2009

La mentira de un fantasma




La mentira

¿Porque será que muchas veces, algunos de los mas mentirosos son aquellos que dicen detestar la mentira? Los que manipulan con ella y acusan a los demás de manipuladores...

Pero algunas de las personas que estoy recordando en estos momentos, que estoy viendo sus rostros, con la mentira se etiquetaron, fueron y algunos son, mentirosos contumaces, me hicieron mucho daño, y peor aún, unos pocos ni siquiera se dan cuenta de lo embusteros que son. Sin embargo, a estos no los odio, no soy capaz de odiar a nadie, incluso los he perdonado, solo me dan lástima, tristeza, pero a la mentira, a ti si te odio, cordialmente, pero te odio.

Solo estoy hablando de la mentira relacionada con la del poder politico, si pretendiera hablar de la mentira en general, la que usa mucha gente como herramienta para medrar, para corromper, obtener el poder, herir, incluso para enamorar, deshacerse de personas que resultan incómodas por haber dejado ya de ser útiles a sus fines, calumniar, humillar, sentir placer en la venganza, o cualquier otro propósito turbio, no terminaría nunca de escribir, aunque lo estuviera haciendo hasta el fin de mis días.

Sea como fuere, mi actitud ante la vida, cada día que pasa, trato de que sea lo más positivo posible, aunque ésta últimamente me haya mostrado su cara ácida, haciéndome sufrir y me haya maltratado injustamente, pero esto nos ocurre a todos, la vida es así, una de cal y otra de arena, y ante esa cara amarga, sonrió, me resulta graciosa... ¡pues la mentira! A esa me refiero. Genín en 13.

ñapa1: El Pastuso dice que en el año 2007 hubieron en Yarumal 70 muertes violentas, no se si estaba en Pasto o estaba en Yarumal, esa mentira no se la cree nadie y menos la chiva. No se lave las manos mirando por retrovisor dediquese mas bien a recomponer la desgobernabilidad de Yarumal.

Ñapa2: ¿Qué hace un pastuso con los ojos cerrados frente a un
espejo?
- Está viendo como se duerme..

ÑAPA3: como juegan los pastusos a la politica? uno lo esconde y el otro lo busca...

miércoles, 28 de octubre de 2009

Agro-ingreso para pobres...



Agro-ingreso para pobres...

Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi en Colombia hay 2 millones 687 mil campesinos. Según Planeación Nacional, el 68 por ciento de ellos vive con menos del mínimo y el 30 por ciento en situación de indigencia.

En 2007 el gobierno otorgó ayudas a pequeños agricultores de Boyacá, Nariño y Cundinamarca, cuyos cultivos se perdieron por las heladas. Como si fuera un mal chiste, hubo a quienes les dieron 600 pesos de ayuda y a otros con más suerte 30 mil pesos.

Por la misma época en que el Ministerio de Agricultura comenzó a otorgar los subsidios que fueron a parar a los bolsillos de familias ricas del país, que hoy tienen enfrascada a esa cartera en un escándalo, una helada azotó a los cultivadores de la región andina. Cultivos de flores, café, leguminosas, hortalizas, granos y pastos para ganadería, se quemaron debido a las bajas temperaturas.

El 24 de febrero de 2007, desde Ubaté (Cundinamarca), en uno de sus acostumbrados consejos comunitarios, el Presidente Álvaro Uribe anunció con su usual tono paternal: “vamos a mirar el tema de las respuestas del Ministerio de Agricultura a los estragos que este verano, agravado por las sequías, por las heladas, le ha causado al sector agrícola”.

Ver discurso de Uribe:

Dicho y hecho el gobierno se comprometió a ayudar a los campesinos afectados por las heladas, que en palabras de Feliciano Zapata, uno de los cultivadores damnificados, “fueron fuera de serie”. Las alcaldías de varios municipios de Boyacá, Cundinamarca y Nariño anunciaron con bombos y platillos las ayudas del gobierno.

Obedientemente, Zapata se desplazó a la oficina de la Alcaldía de Nariño (Boyacá) y dio sus datos para que las autoridades lo incluyeran en el registro de Afectados del Comité Local de Prevención y Atención de Desastres (CLOPAD) de su municipio, así como lo hicieron otras más de 2.200 personas de ese mismo departamento.

Zapata se había endeudado en más de 200 millones de pesos con varias entidades financieras, para cultivar fríjol, alverja, maíz y papa. Había alquilado cerca de 20 fanegadas, además de las 50 de su propiedad, pero había perdido todo por culpa del mal tiempo. De sus cultivos vivían cerca de 10 familias campesinas cuyos integrantes trabajaban en jornales. Zapata además tenía a cargo a su esposa, dos hijas y dos obreros que vivían en la finca.

El cultivador contrató a unos camarógrafos para que grabaran imágenes de sus cultivos marchitos la cuales entregó en la Alcaldía de su municipio junto con otros documentos para demostrar el tamaño de sus pérdidas.

Transcurrieron casi cuatro meses y las alcaldías publicaron las listas de los beneficiarios que recibirían la ayuda del gobierno por la pérdida de sus cosechas. Seguro de que había salido favorecido con la ayuda del gobierno, bajó al pueblo. Miró la lista de los beneficiarios. En la casilla, al frente de donde estaba escrito su nombre, aparecía la suma de 110 mil pesos. (Vea el recibo)

Zapata recuerda con indignación que le “valió más el trabajo de los videos. A muchas personas les tocó sobrevivir con lo poquito que habían ahorrado”. A su esposa, quien se había inscrito pues también era propietaria de dos fanegadas, la ayuda le llegó por 3 mil pesos. “Ella prefirió no pelear más por ayuda porque no daba ni para el pasaje”, contó Zapata.

Pero al mirar la lista de los beneficiarios y comparar lo que le dieron a Zapata con lo que les tocó a otros, un observador podría decir que éste salió bien librado. Entre los afectados del departamento de Boyacá, que fueron 2.261 personas se encuentran casos como el de Ana Julia Barinas de Pérez y Carlos Alberto Chaparro Ariza (ambos del municipio de Aquitania) que fueron beneficiados con la pírrica suma de 664 pesos (leyó bien, no hay ceros a la derecha, son seiscientos sesenta y cuatro pesos). Sí, aunque parezca un chiste de mal gusto, la ayudas, cuya entrega fue transmitida por las cámaras del Canal Institucional, un sábado de febrero, fue para ellos de una moneda de 500 y otra de 200, y tuvieron que dar vueltas.

Vea la lista de los beneficiarios de Boyacá aquí

En Boyacá la ayuda total fue un poco más de 128 millones de pesos para los más de 2 mil damnificados. Esto es la cuarta o la tercera parte de que lo que le tocó a una sola familia de regalo con los aportes para rieago del Agro Ingreso Seguro. Estos pequeños productores recibieron en promedio una ayuda de 33 mil pesos por hectárea, en el caso de los cultivadores. Y en el caso de los ganaderos fue una suma semejante por cabeza de res.

“Como uno queda tan mal, tiene que volver a empezar poquito a poquito”, afirma Zapata quien todavía debe 50 millones del crédito que sacó en 2007.

Según cifras del Instituto Agustin Codazzi hay más de 2 millones 500 mil campesinos en Colombia. El 30 por ciento de éste sector de la población, según Planeación Nacional, está en situación de indigencia y el 68 gana menos de un mínimo.

“Ser campesino pobre en Colombia es una calamidad” fueron las palabras con las que la senadora Alexandra Moreno Piraquive describió la situación de los campesinos en Colombia.

“¡Cómo es posible que mientras el presupuesto del Ministerio de Agricultura paso de 245 mil millones en 2002,a 1,4 billones en 2007, creció 8 veces, el campo colombiano siga de mal en peor!”, dijo la senadora a Semana.com.

La senadora, quien ha seguido de cerca las políticas del gobierno puso nuevamente el dedo en la llaga, este martes, al denunciar que mientras se estaban asignando subsidios multimillonarios a unas pocas familias, los campesinos más pobres estaban perdiendo todo.

POLÍTICA

TOMADO ESTE ARTICULO DE LA REVISTA SEMANA DEL 28 DE OCTUBRE DE 2009

martes, 27 de octubre de 2009

S.O.S ALGO PASA EN YARUMAL



Opinión libre
Por: Diego Roldán Jaramillo

S.O.S ESTAN ACABANDO CON YARUMAL: PORQUE HAY TANTO SORDO, CIEGO Y MUDO………

Una vez más queremos hacer un llamado a la reflexión a las autoridades civiles y la fuerza pública, las personas, los medios de comunicación, la iglesia, los estamentos publicos y privados, en fin a toda la sociedad en general que leen esta página, pero sobre todo queremos hacer un llamado de atención a nuestros gobernantes sobre lo que está pasando en Yarumal. La impunidad y la delincuencia están hoy más que nunca desbordada en nuestro municipio y lo que es peor está exterminando a personas inocentes.

Las estadísticas de los crímenes que suceden en Yarumal este año pasan de 70 homicidios, comparados con los del año pasado que fueron aproximadamente 59 asesinatos que producen escalofrío. Se cometen en promedio 7 homicidios por mes. ¡qué cifra tan horrenda! Y el alcalde ignora olímpicamente todo lo que sufrimos los ciudadanos de a pie en Yarumal y en las zonas rurales donde se libra una guerra sin cuartel por las drogas.

Otras muertes trágicamente sustanciales parecen no provocar el mismo sentimiento de indignación en el jefe del gobierno municipal, que la de la malograda seguridad democrática allí no se obtienen resultados concretos y nuestro pueblo está llevando lo peor; o acaso con su silencio y manifiesta indiferencia está tratando de escurrir el bulto.

Alcalde: Sí, el miedo es como el veneno de la mala serpiente que al picar se extiende, genera desconfianza, paraliza, lo invade todo, lo descompone todo…contamina a niveles tales que termina por afectar incluso la credibilidad de aquellos a los que alguna vez uno consideró sus amigos.

Ñapa1: mis condolencias al ex aspirante a la alcaldía de Yarumal y personero de Campamento Dr. Fredy Mazo Chavarría y su familia por la pérdida de sus familiares en acciones violentas allí ocurridas el día de ayer 26 de octubre.

Ñapa2: hay algunas personas que con sus escritos tratan de ocultar la verdad allí, tienes ya las rodillas con callos de tanto postrarse…!qué pena ..

lunes, 26 de octubre de 2009

RECORDANDO A GAITAN




Gaitán

9 de Abril: la misteriosa madeja del destino. La muerte de este hombre altera mi vida. Cuando lo mataron, yo ni siquiera había nacido a una conciencia de ser. Era el fruto bastardo de unas bodas entre la ignorancia y una ideología fetichista fundada sobre el mito y la mala fe, que lo único que tenían de bueno era la inocencia en que se inspiraban.

Yo contaba entonces 16 años y tanto el pensamiento como la vida me eran frutos prohibidos. Lo poco que sabía entonces se me había enseñado partiendo de una moral basada en el terror al infierno. Quizá Gaitán había sido arrojado del altar de mi familia como un camarada del demonio, pues sólo hasta ese viernes de 1948 oí por primera vez mencionar su nombre: Habían asesinado a un caudillo en Bogotá. ¡Se llamaba Jorge Eliécer Gaitán! Y la radio empezó a tronar los ecos fatídicos de una revolución tardía y frustrada cuyos himnos eran de muerte.

La belleza de la revolución se revolcaba en el lodo de la demencia y el crimen: el aborto era bautizado por el diablo. Esa tarde, la Revolución se resbaló y cayó en el infierno de la violencia. Después supe porqué. Aquella tarde no lo comprendí. Mi padre nos encerró en un cuarto oscuro y nos rezó como siempre que había tormenta: "Aplaca Señor Tu Ira, Tu Justicia y Tu Rigor..." Y también: "Señor Dios de los Ejércitos, llenos están los Cielos y la Tierra de la Majestad de Vuestra Gloria..." Para mí esas oraciones eran el fin del mundo, el diluvio y la guerra. Yo rezaba y lloraba de espanto al mismo tiempo.

Cuando después me gaitanicé, o sea me hice revolucionario y ya no rezaba de miedo a los relámpagos ni al granizo, comprendí que el drama de aquel viernes de dolores no era sólo el de un líder sacrificado, sino el drama de millones de hombres, el drama de todo el continente suramericano.

Porque Gaitán tenía la talla de un héroe y de un profeta. En ese espíritu ardía la llama mística del hombre predestinado a la liberación de un pueblo: el hombre que era reclamado desde el fondo del dolor y la desesperación popular. Pues él era un Poeta del Poder. Nunca antes hubo otro más grande en las repúblicas americanas como no fuera aquel que las fundó con su soplo de libertad, del que heredó el fuego sagrado.

El lo habría cambiado todo en Colombia con su hermosa Revolución, pues tenía la visión y el sentido heroico del Poder. Yo sé que los poetas no se entregan sino a la verdad que encarnan, a la verdad de amor a sus ideas. Y mueren por ellas si tienen que morir. Por eso precisamente son poetas. Porque la verdad es su fin, y su gloria. En esto Gaitán se diferencia de todos los políticos colombianos. Estos toman la política como un fin. Lo que para Gaitán era sólo un medio para realizar los grandes ideales de su pueblo: su glorioso Destino.

Lo que teníamos que esperar de él era su gran fe en el destino de Colombia a través de su Revolución política, que al mismo tiempo era una revolución moral.

Con su muerte, a la que advino una feroz tiranía de plebeyos y reaccionarios capitalistas, Colombia ingresó o fue arrojada a la oscuridad del infierno por las brechas abiertas de la violencia oficial. Esa horripilante tarde de Abril Colombia perdió su camino y perdió históricamente el privilegio de haber guiado los destinos de Suramérica y sus revoluciones nacionalistas, inspiradas en la nuestra.

Pues el pensamiento de Gaitán distaba de los extremos ominosos de los imperialistas para definirse en un nacionalismo orgulloso y soberano integrado con las fuentes vivas del pueblo y la nación. Gaitán no buscaba la tierra prometida ni lejos ni fuera de Colombia. Todos sabemos que la tierra prometida es la tierra que amamos, la nuestra, la que cada día santificamos con el amor y la creación, la que también se llama Patria cuando somos dignos de ella: Esa de la que estamos desterrados hace ya largos años, en la que vivimos cautivos y muertos, a la que estamos atados por una cadena interminable de opresión, dolor, disolución y miseria.

Quiero añadir que Gaitán, en su fervor nacionalista, habría ajustado la nación a una síntesis creadora sin lo malo de los imperialismos, y con lo mejor de ellos integrado a la esencia del ser colombiano.

Todos los que en aquella época tenían derecho al uso de la esperanza—ya que el de la razón estaba custodiado por las armas—esperaban de Gaitán la conquista del Poder, que habría significado para Colombia la conquista de su Destino. Pero ese Destino fue abatido a la vez que su vida, en el umbral de poder.

¿Por qué dije antes que la muerte de Gaitán influyó en mi vida de una manera tremenda? Afirmo que la muerte de ese hombre es "responsable" de lo que soy yo. Pues ni en la vida de los hombres ni en la de los pueblos sucede nada por azar. Las fuerzas históricas son determinantes, son causas "racionales" a las que no puede escapar nuestro destino.

Si Gaitán no hubiera muerto, yo no sería hoy Gonzalo Arango. ¿Quién o qué sería? No lo sé. No juego a la nostalgia ni a la profecía. Pero sí tengo la certeza de que si Gaitán viviera, el Nadaísmo nunca habría existido en Colombia. Entonces, ¿dónde estaríamos y qué estaríamos haciendo los escritores nuevos? Es casi seguro que hoy estaríamos al lado de Gaitán, con Gaitán a la carga, defendiendo sus banderas revolucionarias. No hipotecando nuestro arte a la política ni al Poder, sino dignificándolo y haciéndolo libre en el aire puro de la vida y de la Revolución del pueblo. (No pueblo como masa amorfa y borracha, sino como conciencia de vida, amor solidario y pasión creadora de su propio destino histórico).

Hoy nos hace falta en Colombia para vivir y crear el aire jubiloso de la Revolución. Nos ahogamos en la podredumbre que hoy ahoga a Colombia; nos asfixiamos en su rara atmósfera de sacristía y de tumba; estamos secos en este desierto de la vida y del alma colombianas. Estamos estériles por falta de un verdadero amor a Colombia. Somos intelectuales amargos, beatos, derrotistas, indiferentes y sofisticados. Nos hemos vuelto inmunes a la alegría y al dolor de la Patria. Los escritores nuevos hemos desterrado esta palabra de nuestro lenguaje, sentimos vergüenza al evocarla o al mencionarla. Escribimos y vivimos en el exilio de la imaginación; exploradores estéticos de la nada y el vacío. hace muchos años que los artistas no nos acostamos con la Patria. Haría falta una verdadera posesión carnal con ella que revitalizara nuestro espíritu y lo hiciera florecer. Quiero decir un coito verdadero y espléndido. No basta el amor platónico ni la piedad. Tales amores conducen al onanismo y a la impotencia, a veces también al convento y al suicidio.

Lo que necesitamos es una verdadera revolcada física sobre la sufrida y bendita tierra de Colombia, bajo sus cielos azules y el sol que nos queme y dé sentido a nuestra vida y a nuestros tristes pensamientos abstractos de cloaca e invernadero.

Fuego que purifique con su vida y con su luz. No la que guía hoy los destinos de Colombia que parece la luz de un cirio de sacristía o de velorio, ésa no resplandece: chisporrotea, huele a sebo y amancebamiento del Poder con los poderosos del Templo.

Gaitán habría encendido otra llama en el Poder: ¡La de Prometeo! Porque no sólo era un gran caudillo sino un gran poeta. No porque hiciera versos sino porque su palabra era el fuego de la vida, de la creación, del amor y de la esperanza del hombre. Su ademán era una invitación al canto y a la alegría de vivir. Hoy 9 de Abril siento que nos hace falta el poeta Gaitán para cantar la belleza del mundo y el orgullo de tener una Patria nuestra, creada por nuestro amor y para nuestro amor.

Con él, los intelectuales no seríamos hoy esta plebe de sicópatas ambulatorios que no sabemos qué hacer con el poder de la palabra, como no sea degradarla en el desprecio, la calumnia, el derrotismo, el conformismo y la autodestrucción. Por eso erramos sin destino por el desierto de Colombia, oscilando entre la indiferencia y la nada: porque no hay ninguna fuerza viva que nos apasione, que seduzca nuestro espíritu a la acción militante, y nos libre de esta inercia oprimente que se parece a la muerte del alma.

Salgo a la calle. Tengo la ilusión de encontrar una fiesta de muchedumbres, de esas mismas que una vez deliraron con la magia profética de la Revolución gaitanista. Pero no hay fiesta en la ciudad. Todo lo que veo son fusiles, soldados, perros y caballos alimentados con el pan de los pobres y los perseguidos.

Veo también un pueblo muerto de miedo y hambre que se emborracha en las tabernas, que se envilece para recordar aquel 9 de Abril y para olvidar que hubo una vez—como en los cuentos fantásticos—en que pudo de verdad ¡SER UN PUEBLO!

Y veo por último tres coronas ajadas, las que cada aniversario deposita el pueblo sobre la tumba de sus ilusiones.

Porque Gaitán fue asesinado yo soy Nadaísta. Y mi protesta la dedico a su memoria, y a la promesa viva de su Revolución.

GONZALO ARANGO (NADAISTA)

Colombia es el país con más desplazados internos en el mundo

Una de cada 97 personas en el mundo, o lo que es lo mismo, el 1 por ciento de la población mundial, se ha visto obligada a abandonar ...