martes, 2 de junio de 2020

Las cuarentenas del Presidente.







Diego Roldán Jaramillo

"Decía Humberto de la Calle, "que tiene más derechos para salir para hacer ejercicio una mascota que un adulto mayor"; "dicen que sale primero en libertad Andrés Felipe Arias, que un adulto mayor". Hoy se debiera hacer un profundo análisis como están los hospitales, frente al caso de cómo se han preparado para afrontar un virus Covid19, que vino para quedarse.

¿Cuantos respiradores ha adquirido un hospital de un pueblo cualquiera? ¿Cuantas camas hay disponibles? ¿Cuantos equipos se han comprado? Para contener esta pandemia, se debe fortalecer las instituciones de salud, en la compra de equipos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, que requieran en un futuro estas ayudas tecnológicas en caso de colapsar por la demanda de servicios por la pandemia. Hoy se puede ver la magnitud del problema, la corrupción acabo con todo el sistema de salud en Colombia, y más en aquellos municipios donde se dejó como rueda suelta a gerentes que siguen siendo cuotas políticas de Senadores corruptos. 

Como controlar a una población con hambre, una población sin empleo, que no salga a la calle al rebusque. Es muy fácil hablar y expedir decretos que creen que con ello se salvan los ciudadanos de la pandemia. Sino los mata el hambre, los mata el desespero, las deudas, el arriendo, y los bancos chupasangre. Los impuestos debieran relegarse hasta cuando se pare esta bendita pandemia. La gente no tiene plata para pagar impuestos, mucho menos ahora para seguir engordando las arcas de los municipios para beneficiar a los mismos barrigones comerciantes de siempre, que como garrapatas se aferran a la sangre del más débil "el erario Público".

No comparto la política del manejo saludable que le dan a las finanzas de manteles, con los mismos actores de siempre comen a mantel tendido en secreto, en los oscuros rincones de las administraciones públicas para llenar sus bolsillos malditos de la corrupción.

Las expensas de los hogares están agotadas, la barriga está vacía, y los gobiernos solo dan unos alivios ínfimos para frenar esta pandemia. El caso especial de las Empresas de Servicios Públicos aprovechó esta situación para engordar sus arcas, dejando casi en la calle a los más necesitados con facturas casi impagables. “O pagan servicios, o no comen".

Como decía el arriero "el camino es largo y en él nos volveremos a encontrar". Vamos remando en un bote con agujeros muy grandes, y a punto de naufragar. La cuarentena solo beneficia solo aquellas personas que tienen alguna solvencia. Estamos en una catástrofe hoy en Colombia con un desempleo de un 20%. Esperen la otra pandemia "el descontento social", que se le suma a ciudades desoladas, cerradas, clausuradas, y sin solución a la vista. , o como decían nuestros ancestros "estamos cagados y el agua lejos". - Mejor dicho "empaque y vámonos"-.

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