
Por: Diego Roldán Jaramillo
COLOMBIA merece gobiernos con funcionarios honrados, eficientes, modestos y preocupados por el destino de mayoría, “pero los tenemos plagados de sinvergüenzas, ineficientes, prepotentes y dedicados a asegurar sus propias finanzas. Desde hace mucho tiempo he venido escuchando numerosos argumentos en contra de los funcionarios: excesiva cantidad, mala calidad en el servicio, ausencia de su puesto de trabajo, poca eficiencia, excesiva burocracia, etc. Y a decir verdad, algo de todo esto he podido experimentarlo en mi propia persona.
La indignación ante el desdén que, muchos funcionarios públicos, como los alcaldes y demás compinches de la administración, exhiben sus pectorales y gestos desafiantes ante cualquier ciudadano o subalterno cuando se les hace cualquier pregunta y la responden como si lo supieran todo, como si fueran emperadores y no se dan cuenta que solo son aves de paso de cualquier cagao municipio. No señores, están equivocados, solo que ustedes no han entendido el mensaje del elector: “En este mundo se necesita quien mande y quien obedezca: sencillo el pueblo manda y ustedes obedecen”. No se les olvide que un titulo es muy importante como formación profesional, pero no es para enrostrárselo a nadie. Solo es para servir.
Pues se considera que los funcionarios mandatarios actúan como verdaderos caciques pueblerinos, a los que no importa la opinión que de ellos tengan los ciudadanos mandantes. “Los esperpentos que se incrustan por allí generales y civiles que nos gobernaron y nos gobiernan, solo son unos payasitos de medio pelito; pero éstos se comportan como señores feudales, a los que nada ni nadie obliga”. El pueblo cobra. El pueblo es castigador. Y no crean que escampándose en otros lugares nadie se va a dar cuenta y van a pasar desapercibidos.
Esta actitud de soberbia es tal, que les ha hecho perder el piso y la vergüenza, les habrá de ser cobrada por los ciudadanos en breve, cuando llegue el momento de elegir a quienes tomarán el mando en las distintas alcaldías y gobernaciones, con elección también de diputados y concejales.
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