PARTIDOS POLITICOS PRESTADOS

Luis Pérez Gutierrez

Existe unanimidad que una democracia fuerte necesita partidos políticos fuertes.

De una manera silenciosa en Colombia se viene poniendo de moda la preponderancia de partidos políticos que se prestan, se alquilan o se venden.

Pedir prestado o comprar un partido político es alquilar o comprar ideas públicas, es tratar la ideología política como una mercancía, es convertir las ideas sociales en objetos mercantiles que se ponen a disposición del mejor postor. Prestar los partidos políticos es una acción que camina por el filo de la violación de la ética y está muy cercana a la estafa ideológica.

El reciente experimento electoral que vivió el país con el Partido Verde es un ejemplo digno de estudio. De un momento a otro, el Partido Opción Centro o redenominado Partido Verde, nació de desmovilizados del M19 y ha cambiado de dueños o de inquilinos varias veces. En las últimas elecciones sus nuevos “inquilinos” se salieron de sus partidos anteriores para volverse Verdes. El Partido Verde que no había sido antiuribista ni ambientalista, logró recoger los votos de oposición al régimen y de quienes son sensibles al planeta azul.

Asimismo, El Partido Alianza Social Indigena, ASI, también ha sido prestado para elecciones populares en Colombia a dirigentes que en la práctica ni siquiera reconocen la importancia de la dirigencia indígena en el apoyo al gobierno que conquistan.

Y asi, otros partidos políticos se prestan para elecciones populares para acoger a quienes se quedan sin espacios en las listas de sus partidos.

Es muy peligroso para la democracia que se institucionalice el programa de Partidos Políticos Prestados pues se crea una democracia frágil, sin ideas, sin proyecto de país y sin proyecto de oposición.

La Oposición es necesaria en cualquier régimen. Dicen que si no existe la oposición, el mismo gobierno debe crearla.

Y con la política de los partidos políticos prestados, Colombia está en la encrucijada de quedarse sin oposición. El Partido Verde no tiene congresistas para hacer oposición y debates. No tiene un ideario propio, es en la práctica una colcha de retazos ideológicos improvisados por el afán de una carrera electoral.

No se sabe si el Partido verde fue comprado, o prestado, a alquilado. No se sabe si luego de las elecciones, el Partido volverá a los dueños anteriores o si será manejado por quienes alcanzaron los tres millones de votos. Esto es injusto para un país.

Lo cierto es que no se ve oposición seria y continua en Colombia. Sin ninguna duda un Partido político con tan poquísimos Congresistas, no tiene futuro ni posibilidades de hacer una oposición digna y permanente.

Es de todas maneras lamentable que sobresalientes dirigentes tomen la opción de vivir pidiendo prestado o alquilado un partido distinto cada vez que llegan unas elecciones. Es sin duda una degradación de la política.