jueves, 7 de enero de 2010

PERSONAJES DE YARUMAL





FRANCISCO ANTONIO CANO (PINTOR)

Primeros años en Yarumal

Francisco Antonio Cano Cardona nació en Yarumal, Antioquia, en 1865. Hijo de un hábil artesano que se desempeñó por igual en el comercio, la platería, la escultura o los títeres, adquirió a su lado las primeras letras y conocimientos básicos de dibujo, modelado, grabado al buril y fundición a la cera perdida. «Mis ojos se acostumbraron a mirar labrar el metal, -escribió Cano- a ver surgir de las manos del obrero el vaso cincelado, la joya trabajo pacientemente. Yo empecé a pintar monos en la pizarra, en los libros y luego, poco a poco, sin darme cuenta, los iba trasladando al papel».

De niño fabricó pequeñas tallas en madera, juguete y figuras en yeso, las cuales vendió para ayudar a su sostenimiento, dada la precaria situación económica familiar. Hacia los catorce años de edad, intentó buscar nuevos horizontes, pero no pudo obtener una beca para estudiar en Bogotá. En Yarumal participó de una asociación denominada Club de los Amigos, que a partir de 1883 buscó difundir la literatura, crear una biblioteca y promover las buenas costumbres. La asociación publicó además un periódico manuscrito, titulado Los Anales del Club, que siguió el ejemplo de otra publicación antecesora de 1874 denominada El Aficionado. Cano colaboró con varias ilustraciones, entre ellas un dibujo a lápiz de don Baldomero Jaramillo, fundador de San Andrés de Cuerquia. Fechada en 1883, es hasta ahora la obra más antigua conocida del artista, quien también contribuyó con dibujos a la pluma coloreados con acuarela. El mismo año, modeló en arcilla de tejar un busto del Libertador que desvirtuó la incredulidad de sus coterráneos acerca de sus capacidades artísticas, y fue motivo de gran admiración local. En esta época. Cano viajó con su padre por primera vez a Medellín.

Entre tanto en Yarumal, su tierra natal, se recogieron $500 mediante un bazar, una rifa y un concierto. Todo este inusual episodio de movilización social muestra tal vez hasta qué punto el joven pintor se había convertido en la esperanza artística de Antioquia.

Cano se mantuvo ajeno al París de Proust, Renoir, Cézanne, Rodin y los Nabis. Según escribió a Carlos E. Restrepo, «...yo no veo nada notable en París, y no es, claro está, porque yo sea ciego [...] sino que yo no veo a causa de qué jamás estoy donde va a pasar algo o está pasando». La mayor innovación que estuvo dispuesto a aceptar fue el impresionismo, que entonces tenía ya tres lustros de haber surgido. Escribió a su regreso algunos comentarios tempranos sobre Andrés de Santa María y dictó una conferencia sobre dicho movimiento, bajo cuyos postulados estéticos pintaría varios estudios de carácter íntimo. Puede decirse que el pintor se mantuvo atrapado en las redes de su afán académico, con el que logró vencer a la postre las toscas e imperitas formas de representación decimonónicas vigentes en su Antioquia natal.

Bibliografía
FRANCISCO A. CANO, Notas artísticas. Compilación y prólogo de Miguel Escobar Calle. Medellín, Extensión Departamental, 1987.
JORGE CARDENAS HERNANDEZ. Francisco A. Cano, 1865 - 1935. Medellín, 1991.
SANTIAGO LONDOÑO VELEZ. Francisco Antonio Cano, vida, obra y época (inédito).
SANTIAGO LONDOÑO VÉLEZ. Historia de la pintura y el grabado en Antioquia, Medellín, Universidad de Antioquia, 1996.

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