ALVARO URIBE: EL DISIDENTE LIBERAL

ALVARO URIBE: EL DISIDENTE LIBERAL

Luis Pérez Gutiérrez

Las disidencias en un partido político son fuerzas nuevas que luchan por el cambio, son fuerzas renovadoras de la política.

Para el Partido Liberal TODA disidencia había significado vigor y renovación. Los momentos liberales más memorables han sido propiciados por sus disidencias.

En 1946, el inolvidable Jorge Eliecer Gaitán lideró la disidencia por La Restauración Moral de la República y llenó la política de nuevas ideas y actitudes que aún hoy se copian y reproducen. En 1948, llegó a director del Partido. Su muerte, sin sucesores, dejó un vacío en sus ideas. Quizás, aquello de que No soy un hombre, soy un pueblo, no le permitió tener compañeros de sucesión. El liberalismo se enriqueció en electores y en ideas con Gaitán.

Entre 1958 a 1968, Alfonso López Michelsen creó El Movimiento Revolucionario Liberal, MRL. Al reintegrarse López al Partido para ser Presidente en 1974, se fortaleció el partido con nuevos entusiasmos y electores.

Entre 1979 y 1988 Luis Carlos Galán fundó la disidencia Nuevo Liberalismo amparado por Lleras Restrepo e influenciado por actitudes de Gaitán. El Presidente Turbay reintegró a Galán al Partido Liberal. El Partido se vigorizó y aumentó sus votos con los ciudadanos enamorados del ideario Galanista.

En 2002, nació un nuevo disidente liberal: Álvaro Uribe. Había sido Senador, Alcalde y Gobernador por el Partido Liberal; y apoyó a todos los candidatos liberales oficiales a la Presidencia.

Uribe resultó en breve tiempo un fenómeno político que derrotó a su propio partido. Creó nuevas posturas políticas con la autoridad como una virtud de la democracia y convocó un fervor popular sin antecedentes. Por encima de toda crítica, ha sido Uribe el Presidente más cercano a la gente en la historia de Colombia.

Lo curioso es que el Partido Liberal no ha querido hacer la reflexión de lo que le significó y le significa la disidencia liberal de Uribe. Nunca hizo la reflexión de cómo podría crecer el Partido en ideas y en votos, aprovechando el vigor ideológico de Uribe, así como creció con otras disidencias del pasado.

Frente a la Disidencia Uribe la posición del Partido Liberal ha sido más de venganza que de dialéctica política. El Oficialismo Liberal ignora que el Liberalismo está dividido en varias disidencias. Y sin duda, el perdedor político ha sido el oficialismo liberal, pues las mayorías del Partido de la U, y de Cambio Radical son liberales.

El Partido ha tomado la decisión de auto declararse de izquierda y ha inducido un odio velado contra Uribe por ser calificado de derecha. La verdad es que en esencia el glorioso partido liberal, cuando ha sido glorioso desde el punto de vista electoral, no lo ha sido por ser de izquierda sino de derecha.

Basta mirar el ideario de los Presidentes liberales de Colombia. Lleras Camargo, fue propuesto para el Frente Nacional por Laureano Gómez y era un dialectico de derecha. Carlos Lleras Restrepo, fue un reformador de máxima autoridad recordado más por la derecha. Alfonso López Michelsen fue un disidente social pero un gobernante de Centro derecha. Julio Cesar Turbay Ayala, recordado por la Derecha. El Gobierno del Presidente Cesar Gaviria es calificado por sus tesis neoliberales. Y el último Presidente Liberal Samper, tuvo tesis sociales entorpecidas por las dificultades políticas.

Es incoherente no reconocer a Uribe como una disidencia liberal solo por calificarlo de políticas hacia la derecha.

El Partido Liberal no ha consultado las bases para decidir sobre su postura ideológica frente a la Disidencia Uribe. Debería hacerlo. Sus dirigentes han creado a todo costo una reacción negativa hacia Álvaro Uribe. Así, el Partido Liberal se ha convertido en un partido de dirigentes antiuribistas pero de bases Uribistas.

La reflexión que debe hacer el Partido Liberal sobre la Disidencia Uribe es obligante, y no solo enriquecerá al propio partido sino a toda la política de Colombia.