Opinión
libre.
Por Diego Roldán Jaramillo
En las décadas de los años 70,
80, y 90, conocimos por los medios de comunicación a los masones que revertían
el poder en todo su génesis. Eran de
unos aspectos casi draculescos que con miradas frías, vestimenta negra y de
sonrisas sarcásticas causaban terror. Como no recordar aquellos rostros, en que
mi avidez de conseguir información e investigar eran casi la sombra de ellos,
pero no de un detective privado, sino más bien de la curiosidad que me daba de
ver como se maniobraban los males los unos en contra de los otros, y sobre todo
del más inferior o pobre sobresaliente como lo llamaban aquellos Santos
patriarcas del Kukuxklán criollo de la sociedad escarlata. Épocas donde para
que entrara el progreso, decían los políticos de cargaderas y columna vertebral
corrida, no importaba cuantos muertos se pusiera para que entrara el desarrollo
del cemento, con grandes avenidas……….. ¿Dónde quedaron los poetas? ¿Dónde quedaron
los libres pensadores? ¿Dónde quedo la honestidad? ¿Dónde quedaron los
prohombres Antioqueños que hicieron grande a este país de esta región norte? La
nostalgia es incontenible, cambiamos la cultura de un pueblo sabio, de hombres
y mujeres brillantes por unos trapos de color, que lo único que hicieron fue
dejar unas cicatrices aun hoy no borradas por esa sociedad oculta, machista,
hipócrita y mentirosa. Quien no recuerda a los cristianos católicos de la
moralidad de esa época; que de mañana madrugaban a rezar, y por la noche, el
desenfreno por putear y beber, y a
muchos los vieron en la fatiga acalorada de los calzones abajo con sus caras anémicas
de la revolcada, fueron muchos los rostros observados durante esas épocas, y
aun hoy se pone como ejemplo a la sociedad de la farándula criolla a los políticos,
empresarios, hombres de ley, hombres de justicia, esposos intachables de
sociedad, y algo, y un poquito más de todo…….una manada de masones de sobre de
manila, que escribían con tinta mojada invitando a dichas francachelas de la
moralidad en las noches oscuras, cuya única formalidad era atacar al que no
gustaba, hasta lo miraban feo cuando algún parroquiano los veía en alguna
tenducha disfrazados de ovejas, que por la noche se convertían en lobos para
devorar al otro, al “inferior” como lo llamaban, ya que no podía ver ni
acercarse a sus excéntricas rumbas porque siempre preguntaban al curioso que
los develaba ¿ Usted de que familia es? ¿Usted es hijo de quién? Igual era en
la iglesia donde las bancas figuraban con el nombre de las familias de los
masones, y que de no ser por sacerdotes de armas tomar que quitaron esa idiotez
de las majestuosas iglesias, simplemente dijeron: - aquí los hijos de Dios son
iguales en estos templos, y a partir de este momento las bancas no tienen dueño-.
Es que no se le puede dar la espalda al pueblo y hay que saber tener
sensibilidad para aprender que los que mandan, manden bien, y sobre todo que
gobiernen para todos, pero con una excepción: que todo sea dirigido a los más
pobres. Lo social está por encima de todo contexto político, no como una llave
que se abre y no hay agua, sino como una alternativa de poder brindar mejores
oportunidades equilibradas para no tener una sociedad enferma y convulsionada
como la de hoy, y por no resolver de plano los problemas más urgentes de una
comunidad esclavizada por el poder incapaz de quienes nos gobiernan. Sin
planeación no llegamos a nada, somos un barco a la deriva.
Esta es la patria boba que
nos tocó y que por alguna razón siempre habrá que esperar como podemos cambiar
para el futuro nuestra manera de pensar. La paz y la equidad siempre estarán
por encima de la guerra si queremos un mundo mejor, una patria mejor para
nuestros hijos. La guerra no vale la pena. No se sabe quién es peor el que aplica
las políticas de Nicolás Maquiavelo o las de Joseph Fouchet.
Ñapa1: Me
da dolor ver como la sociedad de hoy es apática a los sucesos diarios, donde la
vida pareciera que no tuviera valor, que nuestras familias no tienen dirección,
que muchos padres más bien se hacen los de la vista gorda por no educar bien a
sus muchachos. Bien decían los de antaño: Así como es un hijo en la calle, así
es en la casa….los ejemplos saltan a la vista.
Ñapa2: Los
jóvenes requieren más atención por parte del estado, y el estado debe darle
prioridad a los más débiles y fortalecer más la familia desde su tejido social
con oportunidades y sobre todo mucho carácter para saber mandar, porque la
autoridad de los padres ni se entrega, ni se delega.
Ñapa3: La
enfermedad que más mata personas en el mundo es la corrupción; pero tenemos la
vacuna: se llama transparencia. (Bono)…… Click….
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