lunes, 14 de octubre de 2013

Políticos oportunistas.

Una de las peores plagas que padecemos en COLOMBIA es la de los políticos oportunistas, desideologizados, chaqueteros y lo peor: los renegados.

Los oportunistas son los que no tienen ninguna trayectoria como militantes o luchadores sociales de un partido político, pero gracias a sus parientes, amigos, socios comerciales, compadres o a sus amantes, reciben una candidatura para contender por algún cargo de elección popular, y pasan a integrar los poderes nacional, regional y local, sin ningún mérito, ninguna preparación, ningún conocimiento en la materia legislativa y administrativa. Lo peor es que sin la más remota idea de la responsabilidad que tienen ante el pueblo, ante la nación y ante la historia.

Episodios como estos nos recuerdan a Calígula, quien nombró como senador y cónsul a su caballo.

Qué grave es y ha sido que tengamos líderes de estómago que no conocen nuestra historia, que están absolutamente desideologizados, que no tienen un proyecto definido, solo están por la “mermelada burocrática”. Mejor dicho se van con el que va adelante.

Es una mentada de madre para los electores que votaron y llevaron a un escaño a su predilecto electoral, a su correligionario, a su candidato, para que luego, por intereses personales, por su perversión, abandone a su partido, se ponga la chaqueta de otro instituto político y cambie de filiación política, traicionando su ideología, principios partidistas y a quienes le dieron su confianza.

Pero los peores, los más abyectos, los más despreciables, son aquellos seudopolíticos que reniegan de su partido político.


Qué triste es ver a estos señores que no sólo reniegan de su partido, sino que se excluyen de la contienda ideológica, y que se llaman a sí mismos “candidatos ciudadanos” o “candidatos externos”, con un eufemismo digno de un maricón o de un ingrato, de un autentico renegado.

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