La política debe ser el eje del
desarrollo de los pueblos y los programas de gobierno deben ser reales, para
establecer una muy buena planeación en el impacto que debe tener cada ejecución
de las obras para favorecer a los más pobres. Lo dicho: una cosa es ser, y otra
muy distinta parecerse a ser. Cada vez mas la brecha entre la pobreza y la
riqueza es mas grande, cada vez que la violencia azota nuestro entorno,
significa que las oportunidades son muy pocas, y que los jóvenes no encuentran
alternativas de salir de la pobreza, y esto se convierte en caldo de cultivo
para los grupos ilegales que azotan el país. El ciudadano de a pie se pregunta
porque los gobernantes no colocan el presupuesto al servicio de las gentes mas
pobres, sino por el contrario lo ponen es a disposición de los que mas tienen.
Esta premisa siempre juega en el medio político, porque para ello hay una
respuesta: no existe derecha, ni centro, ni izquierda en política, solo existen
pequeños demonios que viven del presupuesto del estado. Hoy, ayer y siempre los
que nos representan en las corporaciones publicas que son muy pocos tienen en
la cabeza servicio comunidad, este ultimo lo encuentran algunos como una manera
de ver sus propios fracasos en su vida cotidiana. Nada aprenden, nada aportan, y
mucho menos sacan de la pobreza a sus conciudadanos. Hoy las instituciones públicas
están desprestigiadas no por la prepotencia de los que nos gobiernan, sino por
la misma ignorancia del pueblo que los elige. Hay que pensar más allá del voto,
hay que ir mas allá, es decir, cuando un país es educado para votar elige
buenos dirigentes cuando un país no es educado no elige bien. Quienes eligen
estos títeres son los medios de comunicación, los grupos económicos, y la
corrupción que ponen los incapaces a gobernar. Si no se respeta la vida como
principal valor social, el derecho a la opinión, a la contradicción, y el
derecho a ser libres, estamos condenados a pasarla muy mal,…...pero muy mal.
Hoy es más grande el miedo, que la
ciencia, hoy es más grande la adulación que la humildad, hoy es más grande la
corrupción que la honestidad, hoy es más grande el odio que el amor. Para
cambiar él mundo no se necesita dos, para cambiar el mundo solo se necesita
uno: TU.
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