domingo, 29 de enero de 2012

Tramitología: ¿un lento paseo a la muerte?


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Las filas, la espera, los turnos, los teléfonos que nadie contesta, las tutelas, los papeles son el día a día para los afiliados al régimen subsidiado. Entretanto, el mismo gobierno nacional ha denunciado millonarios desfalcos que tienen al sistema haciendo agua.Tramitología: ¿un lento paseo a la muerte?

"¿CUÁNTAS VIDAS TIENEN que perderse para que alguien entienda que merecemos respeto?", se pregunta una de las afectadas por el exceso de trámites que tienen que pasar los colombianos para recibir atención médica.

Juan David Montoya
Medellín
Publicado el 29 de enero de 2012 / Periodico el Colombiano.

 Jairo Alberto Echeverry y Bertha María Atehortúa padecen cáncer. Jairo Alberto afirma que la falta de atención de su EPS es la responsable de que el tumor que hoy lo tiene al borde de la muerte empezara a crecer sin control.

Con más tranquilidad que resignación, Jairo Alberto Echeverry dice estar convencido de que su vida está a punto de terminar. Lo sabe por las heridas que soporta su cuerpo, se lo dicen los dictámenes médicos y el sentido común, pues, como explica con una especie de mantra que no se cansa de repetir, "los exámenes no curan".

Jairo Alberto, de 54 años, tiene cuatro hijas, una esposa que pide respeto por la vida de los afiliados al régimen subsidiado y un "tumor maligno del tejido conjuntivo" alojado en su hombro derecho.

Un "tumor maligno", aquel diagnóstico que Jairo y su esposa Claudia García acreditan con el legajo de documentos que cargan bajo el brazo desde hace más de uno año, no es otra cosa diferente a cáncer. No hay que ser médico para saberlo¬.

Para sospechar la enfermedad, basta mirar el quiste de varios centímetros diámetro que nunca le operaron. Empezó como una pequeña masa que desde junio pasado no ha hecho más que crecer y copar tejidos aledaños. A esto los entendidos le llaman metástasis.

"Los exámenes no curan", repite una vez más Jairo Alberto mientras su esposa lamenta en voz alta que la llama de la vida se extinga cuando ella hizo todo lo posible por mantenerla centelleante. "Ya no hay mucho tiempo? pero yo empecé a tiempo, lo ayudé a tiempo pero lo dejan morir", dice con las lágrimas llegándole a los labios.

Tras escuchar su historia, Marta Cecilia Berrío le dice a su esposo Gilberto que el trasegar de ellos apenas está empezando. A Berta María Atehortúa, su madre, le fue diagnosticada una neumonía. Desde el pasado abril, cuando le empezó una tos seca, su EPS Ecoopsos apenas le ha realizado una radiografía.

"Se la hacen porque el esposo de ella, el papá de Martica, un campesino que es analfabeta, la pide. ¿Cómo es posible que un campesino caiga más en cuenta de las cosas que un médico?", se pregunta, indignado, Gilberto Montes. "En ningún momento se preocuparon por tomarle un examen o "venga miremos a ver qué tiene"", complementa Marta Cecilia.

Por cuenta de un médico particular, se sabe ahora que tiene cáncer de pulmón, uno de los más mortíferos. Esta semana, tras mucho pelear por el documento anexo número tres -uno de los tantos que exigen, niegan, piden que transfiera desde su natal Cocorná a su EPS, al juzgado, al hospital de Rionegro, al de Medellín, a la Gobernación de Antioquia-, nueve meses después de que sus preocupantes síntomas empezaran, tiene la primera cita con el oncólogo.

Un saludo a la bandera

Ambos pacientes y sus desesperadas familias se acercaron a Fundayama. Claudia Urrego, fundadora de la institución defensora de los derechos de personas con cáncer y nominada al Premio Cafam a la Mujer, ve con escepticismo la recién sancionada Ley antitrámites.

"En Colombia tenemos leyes que protegen, pero algunos aseguradores que no cumplen", asegura. Pone como ejemplo la normativa que exige una atención integral a pacientes diagnosticados con cáncer, cuyos gastos serán cubiertos por un único pagador. A juicio de Urrego, pura letra muerta.

Para la Federación Médica Colombiana (FMC), la principal explicación de por qué tantos trámites y negaciones de servicios -los cuales han disminuido desde la implementación de los Comités Técnico-Científicos- es el factor rentabilidad. "El trámite se le convierte al paciente en una sucesión ininterrumpida de obstáculos para que finalmente no llegue a la cita o procedimiento que necesita, con el fin de bajar los costos del sistema y aumentar sus utilidades", denuncia Germán Fernández, vicepresidente de la FMC.

Los usuarios se preguntan por qué cada remisión a especialistas o prescripción de un examen tiene que pasar por un proceso de aprobación que actualmente puede tomar hasta tres semanas, tiempo al que hay que sumarle lo que toma agendar la cita o procedimiento. ¿Qué acaso el médico no es quien sabe lo que el paciente realmente necesita? ¿Para qué "autorizar" lo que el criterio médico ya determinó?

"Si el procedimiento está bien soportado en sistemas de información, ese segundo nivel de control no lo veo necesario", asegura Juan Eduardo Céspedes Londoño, experto en sistemas de salud y exasesor del ministerio.

Por su parte, Jaime Arias, presidente de Acemi, reconoce que la Ley antitrámites no contempla la abolición de este mecanismo. Para el líder de la organización que agremia las principales EPS del régimen contributivo, estas "aprobaciones" no se pueden eliminar puesto que "hay una serie de normas legales que obliga a hacer unos trámites; y segundo, una serie de procedimientos internos que también obliga a hacer un trámite".

Germán Fernández subraya que es la funcionalidad misma del sistema la que está en juego. Para él, es vital que el sistema empiece a confiar en la relación médico-paciente, a la vez que se le da mayor autonomía a los médicos generales. Esto, afirma, ayudaría a descongestionar salas de urgencias y listas de espera para citas con especialistas.

A esta altura del partido, las prioridades para Jairo y su esposa son diferentes. "Yo solo quiero sentar un precedente", dice Jairo tras 14 meses de exámenes y nada de operaciones, quimio o radioterapia.

Claudia lamenta que este sistema de salud no sea más humano, pues está segura de que para salvar la vida de su esposo tan solo era necesario "un poco de amor, un poco de tiempo". También le duele verse en la obligación de seguir ese consejo cruel que en su EPS le dieron esta semana.

"Lléveselo, manténgase al día con su funeraria porque ya no hay nada qué hacer", le dijeron. "Hoy más hijas están a punto de quedarse sin un papá, se echó mi vida a perder, y para ellos eso es insignificante. ¡Para mis hijas no es insignificante! -dice, con las lágrimas de nuevo llegándole a los labios- ¿Cuántas vidas tienen que perderse para que alguien entienda que merecemos respeto?".

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