Jorge Mejía Martínez
jorgemejiama@gmail.com
La empresa Hidroituango es un cascarón vacío que nos cuesta a los usuarios de EPM una cuantiosa cifra millonaria en pesos al año. Tiene un gerente sin funciones significativas que devenga mucho más que el alcalde, el gobernador o el gerente de EPM (dicen que cerca de 30 millones mensuales) y 18 profesionales que se encuentran esporádicamente para cobrar extravagantes salarios (varios devengan cerca de $14 millones), sin producir un solo peso ni aportar mayor cosa al gran macro proyecto de Antioquia. Para el próximo año han exigido a EPM Ituango un presupuesto de 9.700 millones de pesos para funcionamiento.
Hidroituango fue la empresa constituida para jalonar el proyecto hidroeléctrico hasta que se produjo la escisión para crear EPM Ituango, luego de la movilización de la sociedad antioqueña para evitar que la financiación, construcción y operación de la central hidroeléctrica quedara en manos de firmas multinacionales – como era el deseo de la actual gobernación, con participación mayoritaria en la junta- y en su lugar fuera EPM, como finalmente ocurrió, mediante un contrato tipo BOOMT (construir, poseer, operar, mantener y devolver). Todos respiramos tranquilos.
Al producirse la escisión, el patrimonio del proyecto -$235.000 millones- pasó de Hidroituango a EPM Ituango, la nueva empresa creada para operar el contrato BOOMT. Hidroituango quedó como un coco vacío con funciones formales de monitoreo sobre el operador del proyecto (EPM Ituango), con el respaldo de la mayoría de la junta directiva (gobernación-IDEA), quien se niega a su reestructuración. En el contrato BOOMT se estableció que, además del pago de 170 millones de dólares por parte de EPM al departamento y al IDEA, pactado en el acuerdo que dio lugar a la escisión, EPM Ituango sufragaría el funcionamiento de Hidroituango ($9.700 millones en 2012).
El monto de Hidroituango es aproximado al costo de la ejecución del proyecto hidroeléctrico por parte de EPM, con más de 100 profesionales al frente, toda la plataforma tecnológica y recursos físicos de la empresa a su servicio, lo mismo que los demás funcionarios y procesos de apoyo jurídicos, contables, administrativos, financieros, informáticos, etc. No aguanta la comparación.
La justificación dada para la existencia de Hidroituango es la de ejercer un monitoreo sobre la ejecución del contrato BOOMT por parte de EPM Ituango. Se considera que 19 personas es un número exagerado, por lo cual decidió la Junta Directiva contratar un estudio externo sobre cuál es la planta de personal más adecuada de Hidroituango para ejercer tal función. Una firma llamada PENTA concluyó que con máximo 13 personas era más que suficiente para estar encima de EPM Ituango. Hidroituango se ha negado a aceptar las conclusiones del estudio.
Pero hay algo más grave. La verificación de las variables de ejecución del proyecto no la está realizando Hidroituango con su costosa nómina. La empresa decidió subcontratar esto con la firma GAE de Bogotá por un monto cercano a los 450 millones de pesos anuales, con cargo a EPM Ituango, hasta el 2018. O sea que a los $9.700 millones anuales de Hidroituango hay que agregar los 450 millones para la firma externa que realiza lo que no hace aquella.
La próxima reunión de la asamblea de accionistas de Hidroituango será en marzo de 2012. Habrá cambios en la junta directiva acordes con los resultados electorales del 30 de octubre. Sergio Fajardo como gobernador de Antioquia y Aníbal Gaviria como alcalde de Medellín, debieran solicitar no solo la no aceptación de los $9.700 millones por parte de EPM para el cascarón vacío de Hidroituango, sino, luego de su posesión el 1 de enero, acelerar la reestructuración de esta empresa que hoy parece existir solo para pagar costosos favores burocráticos por parte de la gobernación de Antioquia actual. De cuenta nuestra, claro.
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