miércoles, 21 de septiembre de 2011

Opinión Libre

Por: Diego Roldán Jaramillo

¿Estamos preparados para gobernar?

“La política tiene ética y no hay política sin ética".

La Constitución Política de Colombia garantiza y promueve la igualdad en la participación de todos los ciudadanos en cuanto a los derechos de elegir y ser elegido.

Ni siquiera el bachillerato es requisito mínimo para aspirar a cargos de elección popular, lo que permite que sucedan casos como el del ex concejal de Bogotá, Luis Eduardo Díaz, el Lustrabotas, victorioso en contiendas electorales sin tener escolaridad alguna, pero que tuvo comportamientos bastante cuestionables como los de conducir en estado de embriaguez o maltratar a subalternos.

Es común escuchar de los aspirantes su recorrido en la vida pública y sus propuestas de campaña, en el mejor de los casos, pero muy pocas veces se escucha de su vida en las aulas, lo que se supone deberá ser un pilar fundamental para administrar un municipio. 1

Si bien la voluntad popular ha de respetarse como signo de toda democracia, no menos cierto es que, esta voluntad se trastoca cuando pierde la conciencia, la razón y la quietud para pensar y decidir. De ahí, que es importante educar a nuestros pueblos y orientar sus decisiones hacia objetivos concretos que reflejen sus propias necesidades a las que aspiran.

Nuestros pueblos, eligen por muchas razones: primero porque son amigos de los candidatos, porque “su partido es mi partido”, “porque tengo acceso a ese partido, porque voy a llegar a satisfacer alguna de mis necesidades”; quiere decir, entonces, que una parte del pueblo, solo se contenta con la satisfacción de un conjunto de necesidades individuales, pero ese, no es el pensamiento, ni para gobernar un municipio, un departamento o una nación, ni para elegir a quienes nos van a gobernar o representar, por el contrario, es la negación a un “verdadero gobierno”.

Hace falta una verdadera decencia política en la ciudadanía, en los gobernados para poder elegir y decidir bien. Cuando se gobierna, se gobierna en el interés para todos. Por ello es importante, consolidar y fortalecer los partidos políticos.

La presencia de instituciones públicas, dará la tranquilidad que el pueblo necesita de saber que ha elegido bien. El pueblo ha de tener la conciencia y la voluntad para hacer y dejar de hacer. El poder es de nosotros, y en nosotros esta la fuerza del cambio, porque el poder está dentro de ti. 2

bibliografia
1. La tarde.com. 2011.
2. Dra. Lesli Llantas Ramírez: el pensamiento de un pueblo y su efecto en la gobernabilidad. pag. 15. 30 de junio de 2010. Carta Democrática Interamericana).



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