jueves, 8 de septiembre de 2011

No es buena la envidia

No es bueno forzar el sentido de las cosas según nuestra conveniencia ni desear el encanto que otro tiene

Erase una vez un pájaro, adornado con un par de alas perfectas y plumas relucientes, coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase.

Un día, una mujer lo vio se enamoró de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latiéndole más de prisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo en completa armonía. Pero entonces pensó: ¡Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes! Y la mujer tuvo miedo. De no volver a sentir nunca más aquello con otro pájaro. Y sintió envidia, envidia de la capacidad de volar del pájaro. Y se sintió sola.

Y pensó: Voy a poner una trampa. La próxima vez que el pájaro venga, no volverá a marcharse. El pájaro, que también estaba enamorado volvió al día siguiente, cayó en la trampa y fue encerrado en la jaula.

Todos los días ella miraba al pájaro. Allí estaba el objeto de su pasión y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: Eres una persona que lo tiene todo. Sin embargo, empezó a producirse una extraña transformación: como tenía al pájaro, y ya no tenia que conquistarlo, fue perdiendo el interés. El pájaro, sin poder volar ni expresar el sentido de su vida, se fue consumiendo, perdiendo el brillo, se puso feo y ella ya no le prestaba atención, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula. Un buen día, el pájaro murió. Ella se puso muy triste, y no dejaba de pensar en él. Pero no recordaba la jaula, recordaba sólo el día que lo había visto por primera vez, volando contento entre las nubes.

Sin profundizarse en sí misma, descubriría que aquello que la emocionaba tanto del pájaro era su libertad, la energía de las alas en movimiento, no su cuerpo físico. Sin el pájaro, su vida también perdió sentido, y la muerte vino a llamar a su puerta. ¿Por qué has venido? le preguntó a la muerte.

Para que puedas volar de nuevo con él por el cielo- respondió la muerte-. Si lo hubieses dejado partir y volver siempre, lo alimentarías y lo amarías todavía mas; sin embargo, ahora necesitas de mí para encontrarlo de nuevo.

Paulo Coelho.....Extraído de su libro Once Minutos El amor el libre!!! Dejemos que todo fluya... no es bueno forzar el sentido de las cosas según nuestra conveniencia ni desear el encanto que otro tiene

Cambios:

Cada cambio de plano implica un duelo,

cada duelo importante de nuestra vida conlleva un cambio de plano.

Para pasar de plano hay que tener coraje, claro que sí,

pero sobre todo hay que confiar en uno mismo.

Tengo que confiar en mi si quiero separarme de lo que traigo.

Debo apostar por mi si pretendo vivir una vida desapegada.

Tengo que confiar en que la perdida que me toca vivir es, en realidad,

una puerta y la apertura de un crecimiento mayor.

Tengo que confiar en que hay algo mejor después de esto.

Tengo que confiar en que el plano que sigue me enseñará lo que necesito saber.

Tengo que desconfiar de la vanidad que me cuestiona

por renunciar a ser el ídolo de todos los que quedaron allí atrás.

Tengo que animarme a pasar por esto si quiero seguir creciendo.

De Jorge Bucay.....Aceptar lo que me toca vivir, es parte del mismo vivir , lo importante es saberlo tomar desde el AMOR y que TODO TIENE UN SENTIDO DIVINO...





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