jueves, 16 de junio de 2011

¿Están preparados los que aspiran por elección popular a Administrar un Municipio o una Gobernación?

En primer lugar hay que considerar que la propuesta no surge de la sociedad. No es una demanda social imperante. Ni siquiera se esperaba ni se sabía que existiera como una necesidad nueva, reciente o vieja.

Permitir que estos reyes de la democracia con la gestión que hacen no saben que es planeación, ni planificación, nada suena más irresponsable, pero también lo es avalarla sin medir las consecuencias por la misma sociedad del silencio, que no aporta, pero que se esconde en su coraza de su propia hipocresía. No es algo simple y menos intrascendente, lo es de primer orden e importancia, porque con el comportamiento y la mala gestión e impunidad en que han caído la gran mayoría de alcaldes en estos años, lo menos que la sociedad quiere es tener que aguantarlos por más tiempo.

La incapacidad administrativa que suelen tener los muchos municipios hacen que algunos alcaldes vivan en la cuerda floja; sin padrinos poderosos, la mayoría iría a mallarino a pasar unas lindas vacaciones. Da pena ver qué tipo de funcionarios y técnicos que contratan los alcaldes. Se ha dado el caso de que algunos municipios han tenido alcaldes analfabetas. La mayoría suelen ser incapaces de planear sus acciones, licitar obras o servicios, supervisar, controlar. Por más capacitación que se les proporcione los resultados son los mismos. Han hecho tan mala gestión que muchas alcaldías sobre todo la que está por terminar su gestión fallida - que lo último que la sociedad desea es que se prolongue su salida.

Lo que se necesitan muchos municipios del país, es más de fondo y considerar que quien vaya a ocupar una alcaldía por lo menos sea profesional y tenga experiencia en lo público, que conozca cómo financiar las inversiones locales con gentes especialistas en áreas de planeación, supervisión y control interno.

Transparentar sus acciones e incrementar la participación social de la sociedad en tareas de vigilancia de la calidad de las obras o acciones, pero sobre todo que se respeten las peticiones de la sociedad. Es increíble que aún en el siglo que vivimos, alcaldes como muchos que están a punto de salir, hayan medio construido obras que quedaran incompletas con el dinero público, obras que solo fueron mal diseñadas y mal planeadas. Muchos de ellos dejaran una sombra de mala gestión: dejaron calles llenas de huecos, calles completas sin alumbrado público, una falta de inversión en educación, un completo abandono del deporte, y sobre todo un silencio fantasmal con sus pueblos que los eligieron.

Hay una diferencia entre gobernar y gerenciar un municipio. La gobernanza es pública y lo gerencial es del régimen privado. Cuando se gobierna, se gobierna con personas, y cuando se gerencia, se administran cosas. Ahí es cuando más de uno se estrella con lo público. Lo público es a largo plazo con impacto social a esas necesidades que el pueblo requiere, es decir, se requiere que los gobernantes sometan el presupuesto de su municipio a lo participativo, y lo otro es lo gerencial o lo privado que es de resultados mediatos. El gana - gana, como los bancos que no tienen cobertura social. Ahí está entonces la diferencia entre lo público y lo gerencial.

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