domingo, 6 de marzo de 2011

Esos celos que matan.


Fotomontaje Juan Fernando Cano | Las mujeres tienen una herramienta legal para protegerse de la violencia que contra ellas se ejerce. Se trata de la Ley 1257 de 2008, que tiene pendiente de reglamentación varios aspectos. Ojo, bien aplicada puede ser un salvavidas.

LA CELOPATÍA GENERA más violencia intrafamiliar que los problemas económicos. Hasta con brujería reaccionan los afectados. Los casos extremos terminan en homicidios.
Germán Jiménez Morales | Medellín | Publicado el 6 de marzo de 2011
Corre agosto de 2010 en la comuna suroriental. Manuela (*), una mujer, de 29 años, soltera y bachiller desempleada, llevaba dos días de rumba con sus amigos y una prima. De vuelta a casa, un individuo le corta el paso, la insulta y le causa una mortal herida en el cuello. El agresor, dice la prima, era el exmarido de la víctima, un hombre celoso y agresivo que la amenazó cuando lo sacó de su vida. Al darse cuenta de que ella salía con otra persona la sentenció: "Si no eres para mí, no serás de nadie"... y así fue.

La escena es real y puede pasar en cualquier lugar del mundo, porque los celos son universales. Esta vez ocurrió en Medellín, la ciudad que lidera con 13 por ciento el ranquin de homicidios en el país y en donde se empiezan a escuchar, cada vez con mayor fuerza, esas otras voces silenciosas que hay detrás de 2.024 muertes violentas. Y no todas, como podría colegirse de discursos oficiales, responden a vendettas entre bandas. La vida de perros y gatos en muchos hogares también está aportando su negra cuota.

Dos termómetros dan cuenta de lo calientes que también son las casas. Datos preliminares del Instituto de Medicina Legal indican que en 2010 se presentaron en la capital antioqueña 4.593 casos de violencia intrafamiliar, o sea el 6 por ciento del total nacional, en donde el "liderazgo" lo tiene Bogotá, con una participación del 29 por ciento.

La segunda fuente, Theta, un sistema de información de la Secretaría de Gobierno, reporta que en las comisarías de familia, oficinas de justicia, permanencias y corregidurías se registraron el año pasado 4.801 casos de violencia intrafamiliar, con 5.177 víctimas. Y, por lo que se ve allí, ningún estrato social está a salvo de este mal, ¡ninguno!

La mayor causa de desajuste es un amplio concepto llamado "problemas familiares", con un peso del 60 por ciento. Luego viene la sorpresa: la situación económica explica el 6,3 por ciento de los conflictos (con disminución del 11 por ciento frente a 2009), mientras que los motivados por celos crecieron 10 por ciento, de un año a otro, y ahora causan el 19 por ciento de la violencia en el "dulce hogar". Esa celopatía, advierte Margarita Rosa Trujillo Turizo, secretaria de las Mujeres de Medellín, tiene una carga histórica de 7.000 años y estamos en una etapa en la que se destiñe esa cultura patriarcal violenta, afincada en el poder y tan generadora de miedo.

Los machos alfa se sienten ultrajados, amenazados y hacen hasta locuras para retener "sus posesiones". María, ama de casa, rubia y de ojos claros, entró a trabajar a una fundación en la que encontró un nuevo amor, con el que se fue a vivir. La familia perfecta, que sus vecinos veían, se vino a pique. El exesposo, en bancarrota, y su hija, de 13 años, cubrieron las ventanas con oscuras cortinas, y solo salían en las noches a la calle, vestidos de negro. "¿Por qué no quieres a mi padre? Sin nosotras él se mata", exclamaba la adolescente en las audiencias, mientras que en cartas, con lúgubres dibujos, y en videos grabados en cementerios, le repetía a su madre "te odio, te detesto". María se mantuvo firme, porque había dejado de querer a su marido y le daba gracias a Dios por su decisión, sobre todo al descubrir que padre e hija le habían montado un santuario de magia negra, con velas encendidas que rodeaban fotos suyas.

Esta calamidad es nacional y la bestia robustece su talla. Entre 1999 y 2010 los episodios de violencia intrafamiliar afectaron a 868.250 personas. La serie de Medicina Legal muestra el punto más alto en 2009, con un total de 93.859 casos, de los cuales el 65 por ciento correspondió a líos entre parejas. A las víctimas esto les quitó el equivalente a 124.000 años de vida saludable. Claro, es que esta violencia enferma, causa daños físicos, sicológicos y sexuales. Y la muerte misma cuando a los victimarios, como algunos dicen, "se les va la mano".

Aunque parezca absurdo, María se puede dar por bien librada. Un reporte oficial, entregado por Jorge Ceballos, subsecretario de Apoyo a la Justicia de la Alcaldía de Medellín, indica que "de cada 100 víctimas de la violencia intrafamiliar, 35 fueron agredidas físicamente con armas blancas, contundentes y otros medios de agresión".

En 81 de cada 100 casos de violencia intrafamiliar en la ciudad hay una mujer como víctima. Muchas no tienen la suerte de María y sus nombres terminan reseñados en cortas crónicas policiales, como esta, de una mujer de 42 años, ama de casa de un sector popular. "Tina fue hallada por su hijo, debido a que éste la estaba llamando a la casa desde ayer y ella no le contestaba, así que decidió ir a ver qué pasaba con su mamá. Como ésta no le contestó, llamó al 1,2,3 de la Policía. La central envía la patrulla, ésta llega e ingresa en compañía del hijo de la occisa y la encuentran en la cama con dos impactos a la altura de la cabeza. El hijo manifestó que su señora madre era pitonisa, que leía el tabaco y las cartas, que estaba en problemas con su compañero sentimental, ya que éste era mucho más joven que ella y que era consumidor de alucinógenos, que ella lo había echado de la casa y que éste la había amenazado. Que a su señora madre la visitaba mucha gente en el día, y que a veces hasta en la noche, por lo que ella practicaba también la magia negra".

Magia que no detuvo el tránsito violento al más allá de Tina, ni el de otras 135 mujeres que fueron asesinadas en 2010 en Medellín, por variadas razones. Análisis del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (SISC), revelan que el 40 por ciento de estas muertes violentas encajan en la figura legal de "feminicidios". Es decir, a 54 de estas damas las mataron "por el hecho de ser mujer", una circunstancia que agrava, entre 25 y 40 años de prisión, las penas contempladas en el Código Penal.

La abogada Isabel Cristina Martínez Lavid, investigadora en derechos humanos de la Personería de Medellín, manifiesta que en estas muertes hay antecedentes de violencia física, sexual, sicológica, económica, inasistencia alimentaria, amenazas y acceso y búsqueda de ayuda en instituciones competentes, como comisarías de familia, inspecciones de Policía y Fiscalía.

En muchos de estos hechos fatales la mano asesina era de novios, maridos, amantes, excompañeros sentimentales, parientes y hasta de pretendientes que no aguantaron un rechazo, como le ocurrió a esta mujer, de 24 años, bachiller, desempleada y soltera.

"Libia se encontraba en compañía de una prima con quien estaba conversando. Cuando su prima entra a la casa se le acerca un sujeto con quien discute y éste sacó un arma de fuego y le disparó en varias ocasiones en la cabeza y tórax, causándole la muerte en el lugar de los hechos. Se sabe que Libia era lesbiana y que hace tiempo un sujeto la estaba molestando para que se volvieran novios y ésta lo ignoró y desde este momento él le tenía la mala".


A Manuela, María, Tina y Libia tampoco alcanzó a protegerlas la Ley 1257 de 2008 "por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y de discriminación contra las mujeres". Ellas quizás ni conocían dicha ley. Lo más absurdo es que sus principales enemigos no estaban en las oscuras calles. A muchos los tuvieron en su casa y hasta los amaron bajo sus tibias sábanas.

(*) Los nombres de las víctimas de esta página fueron cambiados para proteger sus identidades. / Tomado Periodico El Colombiano marzo 06 de 2011/.

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