jueves, 27 de enero de 2011

La clase politiquera solo está interesada en proyectos que le permitan enriquecerse.


Se vienen entregando mercados en muchas regiones del país por parte de la clase politiquera que nos gobierna, cuyos miembros pertenecen al partido de 'la U', al conservador y a otros, asociados a la coalición tan nombrada desde la época de Uribe Vélez.

Estas prácticas no cambian y, por el contrario, se perfeccionan, para seguir lucrándose de los dineros públicos, como lo hicieron en los últimos ocho años con Acción Social.

La convirtieron en la caja menor para hacer politiquería barata a favor de sus amigos y así conseguir voticos, a cambio de mercaditos y ayuditas. Bien dicho: ayuditas, porque eso no soluciona el problema y, al contrario, tratan siempre de que existan para poder ellos llegar sacando pecho y, de bonachones, entregarles el jotico a cambio, eso sí, de voticos.

Como no dan puntada sin dedal, lograron que la oficina encargada de prestar ayuda a los que más necesitan se convirtiera en la principal oficina estatal de manejo para la gran ayuda de los amigos que pertenecen a la coalición oficial. Incluso se ha conocido de casos en los que las campañas se basan en los discursos que amenazan con acabar esta ayuda, si no quedan los mismos politiqueros amigos que apoyan al Gobierno. Eso es politiquería barata, de la que conocemos no solo de ahora, sino de muchos años atrás, porque los que detentan el poder lo usan para, con dineros públicos, a través de los programas, ayudar a sus amigos políticos a continuar, para así lograr las mayorías y quedarse, como lo han hecho, eternamente en las oficinas oficiales.

No es que lo hagan bien, es que con dineros ajenos tienen el respaldo para decir que ayudan al pueblo cuando lo necesitan. No es que propongan leyes que beneficien a la comunidad en general, ya que eso no les interesa, porque saben que con dinero lograrán los voticos necesarios para perpetuarse en el poder.

Los proyectos que beneficien a la comunidad no son de su interés, porque ellos no conllevan un posible enriquecimiento. Esto es algo de nunca acabar, como lo hemos presenciado durante ya tantos años. Son los mismos con las mismas, y no nos cansaremos de denunciar, diciendo que hay democracia pero que ellos, con todo lo que los beneficia el ejercicio de lo público en esas condiciones, son los que en su mayoría seguirán ganando en lo que llaman disputa electoral. Democracia, ¡carreta! Eso es un simulacro para continuar y tratar de aparecer como legalmente elegidos.

Pero no lo están, porque no existe la igualdad de oportunidades, como tanto pregonan. Presidente, ministros, gobernadores, alcaldes y otros mueven toda su acción para que sus amigos se beneficien en época electoral, como la que se avecina en octubre, y ellos, continuar detrás de bambalinas manejando los hilos, gracias a los dineros públicos.

No me cabe la menor duda de que los mercaditos politiqueros están en pleno furor, gracias a las contribuciones que la gente hizo para los damnificados del invierno y a las medidas que el Ejecutivo tomó, pero que, como siempre, se desvían con ese fin de continuar, al propio estilo mafioso, imponiendo sus criterios y sus personajes como los mejores para gobernar.

No más mercaditos, no más palmaditas, no más subsidios miserables. Se requieren políticas serias, sin importar quién las ejecute, con tal de que los colombianos vivamos por fin con dignidad.

Por: Lázaro Vivero Paniza/ Periodico el Tiempo. Enero 26 de 2011.

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