La Barca de Calderón: Por: William Calderón. Periodico el nuevo Siglo. Noviembre 26 de 2010.

Precedente histórico. En su vehemente réplica al ex presidente Uribe, el procurador Alejandro Ordóñez sacó a relucir su temple santandereano. Estas once palabras tan contundentes no tienen antecedentes en las relaciones epistolares entre dos personajes de tanta estatura: “Su declaración es ligera, irresponsable y una ilimitada imprudencia contra la institucionalidad”.

Imputación delicada. Al Procurador General de la Nación le tocó salir al quite frente a la sindicación directa que le formuló el ex mandatario, al tildarlo de “prevaricador” en el comunicado de la noche del martes, en el que Uribe se quejaba de una supuesta persecución contra él y sus amigos, de parte de la Justicia y las “asustadurías”.

Temple santandereano. En un acto que hizo recordar al memorable ex procurador Mario Aramburo Restrepo, llamado con razón “El doctor Andaduro” por su histórico regaño público al presidente Carlos Lleras, el recio e insobornable jefe del Ministerio Público puso en su sitio las cosas, hablándole a Uribe con franqueza, carácter e independencia. Como quien dice, “jalémosle al respetico”.

La procedencia. Recordemos que Ordóñez llegó a la Procuraduría contra el querer del entonces presidente Uribe, pues sus afectos estaban con el ex magistrado Rodrigo Escobar Gil, de la Corte Constitucional, y que ante la renuncia del aspirante Darío Martínez, Ordóñez Maldonado trabajó su ascenso al alto cargo a puro pulso, consiguiendo el apoyo casi unánime del Congreso.

Los intocables. En su gestión, el Procurador ha tocado a dos miembros de la guardia pretoriana uribista (Sabas Pretelt y Bernardo Moreno); a la ex senadora Piedad Córdoba; al ex gobernador vallecaucano Juan Carlos Abadía y ahora se enfrenta al ex presidente Uribe. El carácter no lo venden en los supermercados. El barquero pronostica el advenimiento de estremecedoras sorpresas jurídicas desde el piso 25 de la Procuraduría.