Los mamertos...

OPINION LIBRE101
POR: Diego Roldán Jaramillo

Los mamertos...

Definición en Colombia del mamerto:1) adj. Dícese de aquella persona que sin argumentos fuertes o justificados pretende convencer a uno o más de sus interlocutores de una ideología que carece de fundamentos.

El punto es que ahora veo tres grandes grupos de personas; la mayoría, la minoría, y los otros. La mayoría es la que no se cuestiona y traga entero, la minoría es la que es reaccionaria y cae en el juego de la manipulación, y los otros son los que no nos conformamos, ni nos quedamos en quejarnos sin proponer algo a cambio.

Así pues, el mamerto es mamerto porque no trabaja por su comunidad y no propone nada, solo son funcionarios de cheque mensual que no salen de un escritorio se la pasan saliendo constantemente de la oficina, tomando tinto y fumando cigarrillo en las cantinas cercanas y cuando la comunidad requiere de ellos la mamerta (el mamerto se convierte en virus a todo lo que coge lo contamina) la secretaria solo responde: el doctor está en una reunión y hoy ya no la puede atender. O el profesional preguntón que no sabe nada, se la pasa peleando con medio mundo y se cree la antorcha de la sabiduría, porque todo se lo rebusca y nunca mantiene nada planeado, solo busca a otras personas para que lo (a) guíen en sus decisiones, mejor dicho son estos funcionarios contratistas como Don Cristóbal Colon, “que cuando zarpo no sabía para donde iba y cuando llego no sabía dónde estaba”. El mamerto es reaccionario a veces, y a veces nos hace tragar entero muchas de sus cosas inventadas, porque no sabe nada, lo único que tiene para mostrar es su físico, y a lo mejor entregarlo por un favor, ya que por el lado de la capacidad intelectual es un desastre y los utiliza consciente o inconscientemente. El funcionario malo se detecta así: Llega verraco los lunes, como para justificar la ausencia en toda la semana; si la secretaria o funcionaria no se lo da, se la monta en todo el recorrido del contrato, grita, es chismoso, llora, se esconde, habla mal de los demás, y solo él es el perfecto, el inmaculado, la tea de la sabiduría, y va uno a ver y no ha hecho es nada, solo se pega del trabajo de los demás, a los que llamare “los mamertos garrapatas”, que de acuerdo a la definición misma, es un tonto pero más que eso es el representante por excelencia de la desidia y del desánimo del politiquero de turno, es quien en los grupos crea pereza y no soluciones, no planea anda con el velocímetro en el c..... O se dedica a pasarla rico sin asumir compromisos ni mucho menos responsabilidades, y cuando le piden resultados solo esbozan la respuesta mediática que se saben ¿usted sabe que político me coloco aquí?..

El planeador o planificador es alguien más "respetado", en parte porque se entiende, tiene coherencia en lo que dice y hace, y en parte porque no tiende a aislarse, sabe para donde va, sabe dirigir, tiene amor por la comunidad, no es chismoso, no es envidioso, defiende los más pobres, comparte su conocimiento, sabe mandar, es noble, es culto, honesto, transparente, mejor dicho como un vidrio de cristal. El planeador tiene visión del entorno, sabe escuchar, crea imaginarios colectivos de ciudad, es desarrollista, emprendedor y obtiene resultados a corto tiempo. (Si ve uno de estos hombres o mujeres con estos atributos por favor llámenos que estamos dispuestos a tenerlos en una zona de protección segura para que no se contaminen).

El que tiene pensamiento crítico como el planificador, que es aquel que se cuestiona, quien construye su argumento, y que como esponja está dispuesto a creer si le brindan argumentos, e incluso está dispuesto a dejar de creer o creer algo diferente si descubre que estaba equivocado y el camino es por otro lado. Pero lo más importante de quien tiene pensamiento crítico, es que sabe que no se puede quedar en la teoría, sabe que debe construir y asumir riesgos porque el tiempo no se devuelve y hay mucho por hacer y hay muchos por despertar (así la mayoría no quiera o no le interese de momento pues ya llegará el día en que les interese tratar de mejorar el mundo de su entorno), sabe que tiene que ir con las manos al cielo para compartir, sabe que el amor no se gasta ni es un tesoro a esconder, sino que por el contrario vive y crece cuando se brinda y cuando con él se construye.

Todo lo anterior porque tener claras las cosas es el primer paso para construir, es necesario reconocerse a sí mismo en cada uno de los grupos, reconocerse en algún momento del propio crecimiento y/o de la propia vida, y validarse dentro de los mismos grupos, es darle significado a cada nombre y a cada vida en contexto.

Es muy fácil gritar desde la maza, estar de acuerdo con sus decisiones bajo amenaza, pero lo que no es tan fácil es asumir la propia vida y el propio pensamiento, asumir esa carga, llevarla con orgullo y ser consecuente con ella, o sea tener "pelotas y dignidad".

Uno de los sonsontes de moda: "... soy rebelde cuando no sigo a los demás..." resulta de lo más curioso para mí, porque ese "no sigo a los demás" se canta en coro...