lunes, 5 de abril de 2010

SECTARISMO POLITICO EN EXTINCION


SECTARISMO POLITICO EN EXTINCION

Luis Pérez Gutiérrez

Contrario a lo que muchos piensan, en Colombia el sectarismo político va camino a la extinción, va el país camino a una amplia pluralidad política por la falta de coherencia ideológica de los partidos políticos y de sus dirigentes.

Con la tutela del gobierno, los mismos Partidos hacen leyes para facilitar el paso a distintos partidos, de Corporados elegidos popularmente, sin tener que recitar nuevas ideologías ni denigrar de las que lo eligieron. También es normal que dirigentes de un Partido político apoyen a candidatos de otros partidos. Y asimismo, las coaliciones entre partidos de gobierno en los órganos legislativos se hacen a conveniencia de dádivas y nunca de ideas. Y en la base, cada ciudadano escoge en cada elección al que mejor le parezca.

Veamos.

El período del Frente Nacional, posterior a la dictadura de Rojas (1953-1957) fue una alternancia del poder entre los dos partidos históricos (liberal y conservador) durante diez y seis años (1958-1974). Liberales votaban por Conservadores y viceversa.

Y así, se volvió una constante que unos apoyen a los otros.

Cesar Gaviria, expresidente liberal no apoyó a Horacio Serpa, candidato liberal a la Presidencia en 1998. Se dice que apoyó a Noemí. En cambio. Alvaro Uribe, rebelde liberal, vino desde Londres a apoyar a Serpa y al liberalismo.

Rafael Pardo encabezó liberales con Pastrana. A finales de los noventas se alejó del oficialismo liberal e hizo parte de la Gran Alianza por el Cambio, coalición que llevó al poder al conservador Andrés Pastrana. De hecho, Pardo fue nombrado por el Presidente Pastrana como enlace entre el gobierno y la bancada de congresistas liberales disidentes. En 2002, Rafael Pardo, cambió radicalmente y adhirió a la campaña presidencial Primero Colombia de Álvaro Uribe Vélez, opositor de Pastrana. Luego se lanzó al Senado avalado por la coalición Cambio Radical – Colombia Siempre. Pardo asimismo, fue quien radicó el proyecto de Ley de Reelección del Presidente Uribe. Regresó hace poco al liberalismo como antiuribista.

También, distinguidos liberales como Humberto de la Calle, Luis Guillermo Giraldo, Alfonso Valdivieso, respaldaron la candidatura de Andrés Pastrana.

Noemí Sanín, cuando regresó al país para ser candidata, no tenía definido un partido político y divagó por varios antes de decidirse. Ahora se volvió viable con el Partido Conservador. Antes, Noemí, conservadora, hizo pactos con Pastrana, con Samper, Con Cesar Gaviria, con Alvaro Uribe, con Belisario Betancur, no importando su militancia. Es un ejemplo de pluralidad. Por eso, a la opinión pública le queda difícil entender la dictadura política contemporánea de obligar por decreto, a las buenas o a las malas a los conservadores, a apoyar a Noemí.

Quienes dictan esas normas hoy, ayer actuaban diferente. A Juan Camilo Restrepo, Candidato presidencial oficial del Partido Conservador, lo abandonó su propio Partido por apoyar a Alvaro Uribe. Al ex Candidato Presidencial Lloreda le pasó lo mismo.

A nivel regional, los partidos políticos han sido socios siempre. En Asamblea y Concejo las coaliciones se hacen entre contradictores que encuentran coincidencia en las conveniencias del poder. Delgado Sañudo, candidato único del Partido Liberal a la Gobernación de Antioquia, no lo apoyaron la mayoría de los liberales. Aníbal Gaviria, candidato liberal a la Gobernación de Antioquia, logró el apoyo del grupo Conservador del Coraje y quizás por ese apoyó fue por lo que salió elegido. De otro lado, Aníbal Gaviria, gobernador liberal, en 2007 apoyó al Candidato de los Indígenas, Alonso Salazar a la Alcaldía de Medellín y no al candidato liberal.

Todo hace parte de la picaresca política colombiana, que hay que asumir con buen genio.

Todos los partidos de Colombia tienen un pasado de incoherencia ideológica.

Y parece razonable la tesis, que ningún candidato presidencial ni ningún partido tiene autoridad moral ni ética para oponerse a que un ciudadano escoja libremente su candidato aún alejándose de su propio partido.

Juan Manuel Santos fue liberal y ahora es de la U. Noemí Sanín fue conservadora, luego multipartidista y ahora del partido conservador. Rafael Pardo fue liberal primero, luego conservador pastranista, pasó a continuación al Uribismo, posteriormente aspiró al Senado por Cambio Radical, y finalmente se retiró del uribismo para volver al partido Liberal pero como antiuribista. Mockus fue independiente y ahora es del partido Verde porque era el único partido con personería jurídica disponible. Fajardo era de los indígenas, después del fallido partido Compromiso Ciudadano y ahora verde al parecer. Vargas Lleras liberal primero, luego de Cambio Radical, y puede volver a ser liberal.

Conviene conocer la historia.

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