martes, 4 de diciembre de 2012

Diez razones para el pesimismo más allá del fallo de la Haya


Por: Juan Esteban Lewin [1] , 4 de diciembre, 2012 12:17 am
LA SILLA VACIA
 
Ya se ha dicho mucho sobre la última encuesta Ipsos-Napoleón Franco pero hay un fenómeno que ha pasado desapercibido: el pesimismo sobre el rumbo del país aumentó aún cuando las personas sienten mejoras en su vida individual en aspectos como lo económico y la seguridad o sobre temas que los podrían afectar directamente como el desempleo, la violencia y la inseguridad ciudadana. Es un fenómeno que no es usual y que podría estar relacionado con un vacío de liderazgo que se siente en las tres Ramas del Poder.
 
Juan Manuel Santos no ha podido darle un hilo narrativo a su gobierno que amarre todas sus iniciativas.
En la última encuesta el pesimismo sobre el rumbo del país aumentó aún cuando las personas sienten mejoras en su vida individual en aspectos como lo económico y la seguridad o sobre temas que los podrían afectar directamente como el desempleo, la violencia y la inseguridad ciudadana. Es un fenómeno que no es usual y que podría estar relacionado con un vacío de liderazgo que se siente en las tres ramas del poder público.
 A pesar de que el presidente Juan Manuel Santos [15] ha impulsado unas reformas que podrían llegar a ser trascendentales para el país como la de las regalías (que podría reducir la inequidad entre las regiones), la de víctimas (que por fin reconocería el sufrimiento de millones de colombianos) o el proceso de paz, su discurso parece más orientado a neutralizar el del expresidente Álvaro Uribe [17] que a consolidar un derrotero para el país. Tampoco ha ayudado que todo este año se haya ido en crear una nueva institucionalidad que aún no ha logrado comenzar a ejecutar en forma.
La Silla identificó estas posibles razones para el pesimismo colectivo, más allá del golpe emocional por el fallo de la Haya:
1.       Las regalías no se ven
 Después de la larga discusión de la reforma constitucional de las regalías, la plata hasta ahora se está empezando a girar a los departamentos, por la demora en reglamentar y socializar la ley, instalar los Ocad [18] y elegir los proyectos [19]. Por eso, los municipios y departamentos que ahora recibirán más plata, todavía no ven las obras ni los beneficios. La única plata que se giró rápidamente, la de las regalías directas, fue para los municipios y departamentos productores que ahora reciben menos plata y no ven esos giros como un avance sino como un pérdida.
2.       El proceso de paz se siente ajeno
La apuesta más fuerte de Santos, el proceso de paz, se siente como un asunto lejano. La ilusión que generó la noticia del inicio de las negociaciones se ha venido desvaneciendo ante la poca fe que muestra el Gobierno hacia afuera (hacia adentro parece que hay razones para el optimismo). El presidente Santos dice que hubo avances en la Mesa pero acto seguido hace énfasis en que los plazos son perentorios. Cuando las Farc anuncian un cese del fuego unilateral los que responden son el General Navas y el Ministro de Defensa para decir que son como el pastorcito mentiroso. Si el Gobierno no quería generar grandes expectativas frente al proceso, lo está logrando.
3.       El Gobierno no puede con el paro
Los casi dos meses de paro judicial no ayudan a la sensación de falta de liderazgo. Menos aún el que Asonal haya firmado acuerdos con el Gobierno y buena parte de sus miembros los hayan desconocido [20], ni las posiciones encontradas entre la Contralora [21] (que ha criticado fuertemente el paro) y el Fiscal [22] (que lo ha aceptado).
4.       Los magistrados se descaran
Las evidencias de prácticas clientelistas entre magistrados de las Altas Cortes como la que condujo a la elección [23] del magistrado Ricaurte y la nominación del Procurador Ordóñez [24] después de que les había nombrado a los magistrados parientes en la Procuraduría hicieron que los más altos miembros de la justicia tuvieran otro bajón de imagen después de la que ya habían perdido con la fallida Reforma a la Justicia. Atrás quedaron los días en las que las altas cortes eran vistas como la última línea de defensa de los intereses ciudadanos.
5.       La locomotora minera está frenada
El sector más dinámico de la economía, que ha sido el motor del crecimiento y produce más de la mitad de las exportaciones, se va estancando. El precio del carbón bajó de 120 a 80 dólares por tonelada, y eso reduce las expectativas y las inversiones. Los procesos de consulta previa, necesarios para muchas nuevas licencias, están demorados porque el Gobierno dudó [25] si sacar primero la ley que las reglamenta (finalmente no va esperar). La nueva Agencia Nacional de Minería se ha demorado en arrancar y en facilitar las licencias. En parte, porque está tratando de poner en orden la casa después del caos que había dejado el gobierno de Uribe en cuanto al otorgamiento de licencias. Que la locomotora minera esté frenada alegra a los que se oponen a la minería, pero genera desazón en todo un sector de servicios que ha ido creciendo a la sombra de la minería, y más cuando la minería ilegal sigue avanzando a paso frenético.
 6.       Los congresistas van de tumbo en tumbo
Después de las molestias de la opinión pública con las decisiones e intervenciones [26] de Juan Manuel Corzo [27] como presidente del Congreso, la situación sólo ha empeorado. El episodio de [28] la Reforma a la Justicia [29] ya había reforzado la mala percepción que el grueso de la opinión tenía del Congreso. Y la reelección de Alejandro Ordóñez [30] no ayudó, máxime cuando ya se conocían las cuotas de senadores en la Procuraduría y cuando los partidos anunciaron su voto antes de que la terna estuviera completa. A esto se suma la poca actividad que se vio en el Congreso el primer trimestre y el espectáculo triste de ver al órgano que hace las leyes pidiéndole al Presidente que incumpla un tratado internacional.
7.       La restitución de tierras está empantanada
 La principal bandera del gobierno en sus primeros dos años, la restitución de tierras, no despega. Como contó [31]La Silla, se han entregado materialmente muy pocas hectáreas, y la restitución de la mayoría de las que se han entregado, como las de Mampuján, ya había sido ordenada por jueces antes de la Ley de Víctimas. Mientras tanto, los asesinatos de líderes de víctimas continúan, y el ejército antirrestitución se refuerza en varias regiones.
8.       La infraestructura no arranca
 Los problemas de infraestructura, que vienen de un retraso histórico y sufrieron fuertemente con las temporadas de lluvias de 2010 y 2011, no se superan. Aunque se estén entregando algunas obras (desde el Aeropuerto El Dorado hasta tramos de vías como la doble calzada entre El Espinal e Ibagué o el puente Antonio Santos en Girón, Santander), las nuevas obras están paradas. La demora de la ANI en estructurar proyectos e iniciar los procesos licitatorios ha molestado a los constructores, las demoras en la ejecución o terminación de obras como la doble calzada Bogotá Girardot molestan a los usuarios, y surgen nuevos problemas como el tráfico pesado por cuenta de las tractomulas de las petroleras en la carretera Bogotá - Villavicencio.
9.       El Procurador se reelije
Aunque según la encuesta de Ipsos la mayoría de los colombianos apoya las posiciones conservadoras de Alejandro Ordóñez, el Procurador dejó de gozar de una imagen favorable, y una mayoría se oponía a su relección. Las críticas [32] de las que fue objeto desde varios ángulos durante la campaña de elección y la forma en la que fue elegido, incluso antes de que se formara la terna, mermaron su prestigio y dejaron desazón en varios de los sectores que más apoyan a Santos.
 10.   No se ven alternativas
Ninguno de los presidenciables cuenta con una gran imagen favorable, y no hay un liderazgo fuerte, individual o colectivo, que esté en el horizonte. No aparecen el equivalente de un fenómeno colectivo como la Ola Verde o los indignados, que mueva masas y oriente el país hacia una meta. Y tampoco hay liderazgos individuales fuertes.  El más importante, el del ex presidente Uribe, fuera de que se ha venido desdibujando, no deja de ser una fuente de pesimismo por su capacidad para amplificar toda mala noticia para este gobierno.
 P.S. El aliciente es que varias de estas razones podría ser reversibles el próximo año.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Colombia es el país con más desplazados internos en el mundo

Una de cada 97 personas en el mundo, o lo que es lo mismo, el 1 por ciento de la población mundial, se ha visto obligada a abandonar ...