martes, 12 de abril de 2011

SABIDURIA PARA GOBERNAR.


El servidor público encontrará su mayor satisfacción en la conciencia de haber cumplido con el mandato conferido.

La responsabilidad de procurar el bien común de una nación es competencia no sólo de las personas particulares, sino también del Estado, ya que el bien común es la razón de ser de la autoridad política. Es evidente que no puede haber comunidad política sin autoridad, desde luego que las personas en lo individual, las familias y los cuerpos intermedios no están en condiciones de alcanzar por sí mismos su pleno desarrollo.

De esta realidad deriva la necesidad de las instituciones políticas, cuya finalidad es hacer accesibles a las personas todos los bienes necesarios –materiales, culturales, morales y espirituales– para gozar de una vida auténticamente humana.

Por una parte, en el momento actual resulta imposible el sereno y eficaz ejercicio de la autoridad política sin un espíritu de diálogo, de concertación, de respeto y de apertura a los intereses legítimos de todos los sectores de la sociedad. Y por otra, este ejercicio supone siempre hacerlo en una actitud de servicio; de aquí que sea fundamental en el servidor público la virtud de la humildad y no olvidar que el mayor ejemplo lo dio el mismo Jesucristo cuando afirmó que había venido a servir y no a ser servido (Mt. 20.28). Sin diálogo, sin humildad y sin espíritu de servicio fácilmente se cae en actitudes de soberbia, despotismo y prepotencia.

Finalmente, el servidor público encontrará su mayor satisfacción en la conciencia de haber cumplido con el mandato que le confirieron sus electores, sin buscar enfermizamente alabanzas carentes muchas veces de sinceridad y dando valor a las críticas constructivas. Al asumir el poder el rey Salomón, en lugar de riquezas y honores, pidió a Dios sobre todo sabiduría para gobernar (1 Reyes 3, 9). Un gran ejemplo a imitar. ( CARDENAL RODOLFO QUEZADA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Colombia es el país con más desplazados internos en el mundo

Una de cada 97 personas en el mundo, o lo que es lo mismo, el 1 por ciento de la población mundial, se ha visto obligada a abandonar ...