La economía colombiana mantiene un ritmo de crecimiento superior al 5,0 por ciento. Esto ha dinamizado los diferentes sectores productivos y las regiones. Antioquia lidera este crecimiento. Sin embargo, los problemas estructurales de empleo, equidad y pobreza no permiten que la prosperidad les llegue a todos los colombianos.
EL COLOMBIANO | Medellín | Publicado el 18 de julio de 2011
Diferentes indicadores corroboran el hecho de que la economía colombiana continúa mostrando signos positivos de su excelente estado de salud. Adicionalmente, los recientes reportes de entidades internacionales, como la CEPAL y el Fondo Monetario Internacional, ratifican el buen momento que vive nuestra economía. Por tal motivo, los pronósticos de crecimiento del PIB para el presente año han sido revisados al alza y se les ubica en un rango de entre el 5 y el 6 por ciento.
Según la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), hasta el mes de mayo, en lo corrido de 2011 la producción industrial creció, con respecto a igual período del año pasado, 6,3 por ciento. Las ventas totales lo hicieron en 6,1 por ciento y la utilización de la capacidad instalada se puso por encima del promedio histórico de la Encuesta.
Esto ha creado un ambiente de optimismo entre los empresarios. Así, el 70,4 por ciento de los industriales encuestados califica que la situación de las empresas es buena. Esto se complementa con lo revelado por Fedesarrollo en el sentido de que la confianza del comercio aumentó en mayo y que las expectativas de los empresarios de la construcción también mejoraron. Paralelo a ello, a junio, la confianza de los consumidores aumentó de manera significativa, 17,5 por ciento.
Esta dinámica ha jalonado la demanda de energía eléctrica, que aumentó un 2,1 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, y la generación de empleo. Según el DANE, a mayo aumentaron las tasas de participación y ocupación, y cayó el desempleo.
A todas estas, la economía antioqueña ha mostrado su dinamismo y fortaleza. La ANDI reveló que, en lo corrido del año, el crecimiento industrial de Antioquia, que es del 11,0 por ciento, dobla el del promedio del país. Igual ocurre con las ventas. Además, el departamento lidera, con un 32,6 por ciento, las exportaciones no tradicionales. Los aumentos de productividad de las empresas antioqueñas y el estrecho vínculo que mantienen con los mercados externos, han permitido estos logros.
A pesar de que, según la CEPAL, Colombia crece más que el promedio latinoamericano, el nivel de desempleo se ubica muy por encima del 7 por ciento proyectado para la región. De tiempo atrás, la economía colombiana ha mostrado serias dificultades para reducir a un dígito el desempleo, al tiempo que mantiene altos niveles de inequidad y la pobreza disminuye parsimoniosamente. Estos problemas estructurales dificultan que los frutos derivados del pujante crecimiento económico que hoy se tiene se conviertan, al final, en la deseada meta gubernamental de "prosperidad para todos".
A ello se suma un entorno económico que hace difícil sostener los niveles de crecimiento. En el medio externo, se hacen aún mayores los temores de que, por los problemas que enfrentan los países desarrollados, la recuperación mundial se debilite aún más. Internamente se mantiene la preocupación acerca del fenómeno de la revaluación que hace que el valor del dólar alcance niveles inusitadamente bajos. Esto atenta contra la generación de empleo y agudiza la tendencia a la primarización de la economía.
El Gobierno debe, al tiempo que impulsar las reformas sociales, reforzar las medidas para que las locomotoras intensivas en la generación de empleo, como es el caso de la infraestructura, la vivienda y la agricultura, avancen con mayor celeridad. De otra manera, la prosperidad del crecimiento difícilmente les llegará a todos los colombianos.
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